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Hibiscus schizopetalus


Hibisco de Coral

Otras especies de Hibiscus



Es un arbusto vigoroso de gran porte, condición perenne, con largas ramas abiertas, delgadas y arqueadas, que usualmente es utilizado en jardines de zonas con climas anuales cálidos.

Es originario de la zona tropical de África, principalmente de Tanzania, Kenia y Mozambique. Pertenece a la familia de las Malvaceae.

En jardines por lo general se cultiva de forma aislada dado que con el tiempo puede alcanzar hasta los 3 m de altura.

Es una planta inmejorable para desarrollarla en un gran macetón para disponer en un patio o terraza soleada.

No admite las condiciones de interior, porque nunca se acercará a sus exigencias; siempre hay que disponerla en emplazamientos que coincidan con un sector soleado.

Este grupo no puede prescindir de los emplazamientos muy soleados ya que es vital para su floración, en estados de sombra éstas apenas se presentan.

Las hojas crecen de forma alterna, son elípticas y están sujetas por un peciolo corto, guardan semejanza con el resto del grupo aunque son más pequeñas y estrechas que otras variedades de Hibiscos.

En cuanto a los requerimientos que solicita para prosperar de forma correcta dista muy poco del resto del género, aunque si es algo más delicada en lo concerniente al frío ya que es menos resistente que otros componentes de la especie.

Al no soportar los días invernales de frío riguroso que padecen muchas regiones, es preferible que en estos lugares se disponga de un lugar abrigado para esa época.

Lo importante es que la planta no sufra los desperfectos que causan las bajas temperaturas y que para esta variedad pueden ser muy serios.


Las flores son las que contribuyen a dar a este Hibisco una apariencia tan espléndida y llamativa.

Son independientes, de aspecto delicado y están sostenidas por un largo pedúnculo, los cinco pétalos están profundamente divididos, recurvados y rizados como si fuesen volantes, son de color rojo anaranjado.

La floración puede producirse a lo largo de todo el año de manera intermitente siempre que la planta disfrute de suficiente luz.

En la temporada de calor hay que regar el sustrato en profundidad pero sin que el agua quede asentada, para ello necesita de un buen drenaje.

El Hibisco de Coral ocasionalmente necesita de algún tipo de tutor para que adopte un aspecto estructurado.

Una poda más o menos considerable al final de la floración es algo imprescindible, o se corre el riesgo de que su crecimiento se desmadre pareciendo un arbusto poco proporcionado y de figura descuidada.

Asimismo, la poda le ofrece una apariencia más compacta y mejora el follaje.

Cuenta con la gran ventaja de ser relativamente fácil multiplicarla mediante esquejes semi-maduros.

El mejor momento para hacerlo es en primavera y si se utiliza hormonas para enraizar se facilita aún más la labor de reproducción.





Flores y ramos - Entender a las flores - Protegerlas en otoño - Reposo invernal -



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